Fuente: www.dipgra.es
La aplicación industrial del cáñamo y el esparto abre la puerta de nuevos mercados en la provincia. Así lo ponen de manifiesto numerosos estudios sobre los que se apoya el proyecto ‘Natural Fibre Industry and Construction’ (FINAICONST), ‘La fibra natural, aplicaciones en la industria y la construcción’, promovido por la Diputación de Granada y solicitado el pasado 15 de octubre en el marco de la convocatoria conjunta del Consorcio BBI (Consorcio público privado para el desarrollo de proyecto I+D+i del sector de la bioindustria) y del programa europeo Horizonte 2020, en la línea added value products from underutilised agricultural resources (productos con valor agregado a partir de recursos agrícolas subutilizados).
Al proyecto, que moviliza algo más de 27 millones de euros de inversión, se han sumado 28 organismos de 12 países diferentes, España (con presencia de cinco socios granadinos), Francia, Italia, República Checa, Turquía, Alemania, Malta, Rumania, Letonia, Hungría, Grecia y Reino Unido, si bien pidieron su adhesión otros 22 entes pertenecientes a países como Eslovenia, Finlandia, Ecuador o Polonia, entre otros. La Diputación Provincial de Granada gestionará un presupuesto total que ronda los 6,3 millones de euros en el marco de este proyecto.
El objetivo del proyecto es la revalorización, innovación, desarrollo e investigación del cultivo del esparto y el cáñamo y sus posibles aplicaciones industriales, desarrollando alternativas innovadoras, y fomentando la creación de una industria específica para la elaboración de biocomposites y fibras naturales estructurales para su uso en la industria y la construcción.
La diputada delegada de Empleo y Desarrollo Provincial, María Merinda Sádaba, ha presentado hoy la solicitud de la iniciativa, señalando que supone una oportunidad excepcional para dinamizar el medio rural y generar nueva industria con la consiguiente repercusión en la creación de empleo y tejido empresarial. “Pretendemos contribuir al desarrollo territorial, estructural y sostenible de 50 municipios del norte de la provincia, constituyendo un baluarte que fomente el empleo a través del aprovechamiento de los recursos naturales del cáñamo y el esparto”, ha detallado.
Acompaña por el director y coordinador técnico del proyecto, Salvador Mansilla, María Merinda Sádaba ha añadido que “con este proyecto, también respondemos a una estrategia de desarrollo territorial estructural y sostenible, ajustado tanto a los principios generales de la Ley de Economía Sostenible, donde de forma textual se recoge que los poderes públicos en sus respectivos ámbitos de competencia deberán promover una mejora de la competitividad, impulsando el incremento de la competitividad de la empresas mediante la productividad, a través de la formación, la investigación, la innovación y el uso de las nuevas tecnologías, así como a los objetivos principales de la Europa de 2020, consistente en la promoción de un crecimiento inteligente a través de la unión para la innovación, el mejor acceso a la financiación en I+D, y el crecimiento sostenible, promoviendo una Europa que aproveche eficazmente los recursos a través de la nuevas cualificaciones y modernización de los mercados laborales”.
La iniciativa tendrá un impacto muy importante en materia de investigación, desarrollo e innovación en los sectores económicos implicados en los territorios en los que se desarrolle el proyecto, en especial para la provincia, pues el cultivo del cáñamo y el esparto, por sus característica y condiciones agronómicas, han tenido y pueden tener presencia, así como resultar de interés en Europa.
En este sentido, la diputada de Empleo y Desarrollo Provincial ha anunciado que con este proyecto “pionero y ambicioso” se impulsará la plantación de esparto y cáñamo en la finca Los Morales, en Huéscar, propiedad de la Diputación de Granada, donde se desarrollarán experiencias formativas y productivas que permitirán la aplicación de los cultivos a la fabricación de productos industriales y del sector de la construcción.
Según ha explicado el director y coordinador técnico del proyecto, “se estudiarán tres tipos de composites, el de matriz cementítica, el termoestable y el termoanalítico inyectable, a los que incorporaremos las fibras naturales para estudiar la creación de posibles productos de nanofibra de celulosa y nano celulosa cristalina, lo que abre grandes expectativas económicas”.
Estas actuaciones se traducirán en la creación de industria relacionada con la formación para el pre-tratamiento de la fibra natural y permitirá abrir la primera planta de hormigón con empleo de fibra natural, la primera planta de premix de mortero aislante, la primera planta en el mundo de nanocelulosa y la primera planta en el mundo de bio-pellets. Además, conseguirá abrir líneas de inyección de termoplásticos con fibras y líneas de construcción modular con hormigón reforzado a partir de fibras naturales.
Se incluye también la construcción de una planta de pretratamiento así como un centro para acogida de emprendedores que hagan uso del know-how generado en la provincia de Granada, inversión que acometerá Diputación. Dicho centro se construirá con los nuevos materiales desarrollados y se pretende que sea un referente a nivel mundial sobre construcción sostenible.
Además, el proyecto FINAICONST se apoya en las ventajas medioambientales del cáñamo y el esparto. En el primer caso, supone la primera barrera en la lucha contra la desertización, evita la pérdida de suelo y fenómenos de inestabilidad locales, y es clave en el equilibrio del ecosistema para la supervivencia de otras plantas y fauna. En cuanto al cáñamo, es la planta más eficiente en la síntesis de CO2, es refractario y una tonelada de papel de cáñamo salva 15 árboles maduros o de más de 40 años.
La iniciativa espera alcanzar una cifra de producción de fibra natural de cáñamo de 1000 kton y de 500 kton de esparto a los cuatro años de su finalización. Las previsiones al corto plazo de cuatro años de nuestro proyecto permiten atisbar la posibilidad de generar un volumen de negocio cercano a los 1.500 millones de euros con la generación de hasta 50.000 empleos en Europa, revitalizando la economía de los núcleos rurales en zonas altamente improductivas.
Tanto la nano-tecnología como la bio-tecnología están aportando una nueva visión de la fibra natural, cuyo declive se inicia en los años sesenta con el desarrollo de la fibra sintética, como cultivo que optimiza costes y mejora los procesos de fabricación de numerosos productos. Por ejemplo, algunas multinacionales del sector de la automoción han incorporado la fibra natural en la fabricación de componentes con composites termoestables y diversos centros de investigación han ratificado su aplicación a matrices cementíticas para mejorar la resistencia a flexotracción y retracción y la viabilidad de su aplicación a termoplásticos como carga y refuerzo.